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28 marzo 2011

El espacio protegido... del bolsillo

No sólo la separación Iglesia-Estado no es la fuerte del PSOE. Parece ser que tampoco lo es la separación poder legislativo-poder judicial. Después de que el Tribunal Superior de Justicia de Extremadura rechazara el PIR (Proyecto de Interés Regional) de la urbanización de lujo de Valdecañas, por no ser un PIR, la ocurrencia del PSOE ha sido modificar la Ley del Suelo de Extremadura para poder construir en los espacios protegidos y hacer viable así el proyecto urbanístico.

Naturalmente, al PSOE se le ha unido encantado el PP, que en estos temas ya tiene bastante experiencia, pues sus votos aprobaron el día 11 en Cabezuela del Valle la construcción de una macro-urbanización en el paraje "Los Carchones de las Llanadas", al pie de la Reserva Natural de la Garganta de los Infiernos, en el Valle del Jerte, un proyecto insostenible porque 1.000 nuevos habitantes harían insuficientes los recursos hídricos para vecinos y cultivos. Como siempre, estos modelos de desarrollo que atentan contra los recursos naturales sólo benefician a sus promotores y apadrinadores. Además de la ausencia en el pleno de la mitad de los concejales del PSOE, la Junta de Extremadura ha decidido no someter a evaluación ambiental estratégica (¡qué sorpresa!) esta modificación de 136.377 m2 de suelo rústico a urbanizable.

Pedro Escobar, candidato de Izquierda Unida a la presidencia de la Junta recuerda que un tercio del territorio extremeño goza de algún grado de protección ambiental y se pregunta “por qué no construyen en los otros dos tercios que están sin proteger”.
  • [Es notable] la hipocresía de su política medioambiental [la del gobierno regional], que habla de sostenibilidad y luego modifican las leyes para construir en espacios protegidos.
  • [PP y PSOE] hacen trampa.
  • [Es] una vergüenza que una ley aprobada por la Asamblea y aplicada por el gobierno regional desde hace años, se quiera modificar ahora porque no les viene bien.
  • Actúan como Berlusconi, que cambia las leyes a su antojo, en un ataque directo al Estado de Derecho. 
(Pedro Escobar)

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