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26 junio 2010

Pecadillos

Las fuerzas de seguridad belgas registraron la sede del arzobispado de Malinas-Bruselas, la catedral de Sint-Rombouts y el domicilio del anterior arzobispo en el marco de una investigación policial a la Iglesia católica por supuestos abusos sexuales a menores y ocultación de los mismos, incautándose de 475 expedientes, varios ordenadores, CDs y DVDs. Llueve sobre mojado en Bélgica, donde el obispo de la diócesis de Brujas ha reconocido haber abusado sexualmente de un menor.

En el resto de Europa, los de la Iglesia tampoco son pecata minuta. Hace un año se hizo público un informe en Irlanda que reconocía que durante muchos años un elevado número de niños habían sufrido abusos sexuales y de otro tipo en colegios de la institución o regentados por curas y monjas.

Y el resto del mundo no iba a la zaga. Por aquel entonces eran ya miles de millones de dólares los que había costado la pederastia de curas y obispos a las diócesis de Los Ángeles y Chicago. Las denuncias en EE.UU. iban ya por la segunda decena de millar. Los miembros de la iglesia australiana condenados por agresión sexual iban ya por la segunda centena.

¿Que en España no pasa esto? El ex-párroco de Peñarroya (Córdoba) fue condenado en 2004 a 11 años por abusar de seis niñas; naturalmente, el obispo lo mantuvo en el cargo hasta que ingresó en prisión. Seis monaguillos sufrieron abusos por los que un miembro de la diócesis de Tui-Vigo (Pontevedra) pasará 21 años en prisión. 8 pasará el ex-párroco de Alcalá La Real (Jaén) por agredir sexualmente a un monaguillo.

No son éstos los únicos pecados de la Iglesia, ¡faltaría más! El arzobispado de Madrid tiene en su haber la gula inmobiliaria de haber recibido 11 parcelas en la pasada legislatura por parte del Ayuntamiento regido por Gallardón, con una edificabilidad de 23.307 metros, para la construcción de centros parroquiales. Otras 5 parcelas le han sido cedidas en esta legislatura, con una edificabilidad de 16.344 metros, viniendo a engrosar un total superior a los 23 millones de euros.

De alcaldes que financian SU religión con bienes públicos, también tenemos buena muestra en Don Benito, una localidad en la que el alcalde, también del Partido Popular, se empeña en gastar dinero y recursos en un edificio religioso tras otro (los últimos: la ermita siempre cerrada en la calle Palomar, la nueva iglesia en Eduardo Dato, el recién construido centro evangelista y, al lado, otra nueva edificación cristiana); un lugar en el que, aunque la gente acuda cada vez menos a "recibir" a su "patrona", se sigue gastando en accesorios para la estatuilla.

Tristes datos todos para quien desde dentro de la propia Iglesia criticó y denunció siempre las interferencias eclesiásticas en los asuntos internos del Estado. El sacerdote y teólogo que compartía con Marx la idea de que la religión es el opio del pueblo (porque "se traduce en culto y no en compromiso con los más pobres"), José María Díez-Alegría, falleció ayer a los 98 años habiendo tenido su último lugar de trabajo en la zona marginal del Pozo del Tío Raimundo (Madrid).

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